Nuestro proyecto como muchos otros nace de una ilusión, una ilusión por trabajar en algo que nos permitiera vivir haciendo algo que nos guste, en este caso que nos apasiona.

Nuestros principios no fueron fáciles, David mi pareja desde que éramos jóvenes trabajaba con su padre en la construcción y no era feliz realizando ese trabajo, es un trabajo tan digno como cualquiera y si te gusta puede ser el trabajo de tú vida, pero no era su caso. Yo por mi parte, bueno me presento: me llamo Lidia, trabajaba con mi padre y mi hermano, instalando suelos de tarima y digamos que tampoco me hacía feliz.  Un buen día le propuse a David hacer mercados los fines de semana, para probar y poder de paso hacer las dos cosas que más nos gustan, viajar y conocer gente nueva.

Probamos distintos géneros que producíamos nosotros mismos de artesanía, pues siempre se nos ha dado bien la elaboración artesana. Nos gustó la libertad que los mercados nos daban, pero no conseguíamos dar con el producto que nos convenciera, que nos motivara para centrarnos en él y poder hacer de este estilo de vida nuestra profesión, hasta que por casualidad un fin de semana de tantos viajando por los maravillosos pueblos de España llego a nuestras manos un saco térmico.

Por aquel entonces era un producto muy desconocido. Era un saco muy simple, pero nos sorprendió la facilidad de su uso y los resultados tan beneficiosos que probamos en nosotros mismos. Así empezó un camino para nosotros que arranco por casualidades de la vida un fin de semana de abril del año 2003. Con sinceridad puedo contaros que fueron muchas las dificultades que tuvimos que atravesar para llegar hasta aquí, dejar nuestros trabajos, embarcarnos en un viaje de destino incierto, convencer a nuestras familias de que no se nos había ido la cabeza y convencernos a nosotros mismos de que éramos capaces de llevar a buen puerto esta aventura os capaces de llevar a buen puerto esta aventura.